Tal y como avanzamos en la entrada anterior, aquellos países que tienen instituciones inclusivas alcanzan el círculo virtuoso, mientras que los que, por contra, tienen instituciones extractivas, entran en una espiral de negatividad, conocida como círculo vicioso.
El
círculo virtuoso lo alcanzan aquellos países que poseen, como hemos dicho,
instituciones inclusivas. Esto supone entrar en una tendencia ascendente y
próspera, es decir, encontrar un camino muy positivo. Las instituciones
implantan unos métodos controladores para no caer en una involución, o lo que
es lo mismo, convertirse en instituciones extractivas. Este círculo virtuoso
tiene su base en: el pluralismo, el Estado de Derecho y el apoyo de
instituciones políticas inclusivas a políticas económicas inclusivas.
En
cuanto al círculo vicioso, se trata de la situación en la que se encuentran los
países pobres, aquellos que poseen instituciones extractivas. A diferencia que
los países del círculo virtuoso, estos se sitúan en una tendencia muy negativa,
tanto económica, como política y, sobre todo, social, pues al final es el
pueblo el que sufre las erróneas decisiones de sus dirigentes.
Una vez explicado esto, cabe preguntarnos en qué tendencia se mueven países como Italia, España o Portugal, tan afectados por la crisis. Siendo optimistas, podríamos decir que estamos sentando las bases para que, en un futuro, esperemos que cercano, se entre en un círculo virtuoso, aunque ahora estemos en una espiral de agitación e indignación social por las medidas que se están dando, tan restrictivas y aparentemente, usando términos de Acemoglu y Robinson, "viciosas" y "extractivas".