sábado, 23 de noviembre de 2013

HENRY FORD, EL REVOLUCIONARIO: LA PRODUCCIÓN EN CADENA

Henry Ford, nacido 30 de julio de 1863 y fallecido el 7 de abril de 1947, el  fue el fundador de la compañía automovilística Ford Motor Company y el creador del fordismo, un sistema de producción que se hizo muy popular en los años '30 y principios de los '70 que consistía en la fabricación de un gran número de automóviles de bajo costo gracias a la producción en cadena, el tema principal de esta entrada.
El primer modelo que introdujo el genio estadounidense en el mercado del automóvil fue el Ford T, un coche que tuvo una gran acogida por los consumidores, llegando a revolucionar el sector del transporte y la industria en Estados Unidos. Ford, que registró 161 patentes con este modelo, comenzó a obtener altos rendimientos y beneficios, lo que le llevó a ser una de las personas más conocidas y ricas del mundo.

Pero, ¿en qué se basa el éxito de Henry Ford? Pues, aparte de una ingeniosa campaña de marketing, los rendimientos que obtuvo la compañía estadounidense se deben en gran parte a su sistema de producción: el fordismo. Dentro de esta forma de producir sobresale su piedra angular: la producción en cadena, lo que le permitió a Henry Ford conseguir su ambición desde que creó la empresa: reducir al máximo los costes. Este compromiso por reducir costes desembocó en la invención de numerosos inventos técnicos y de negocio, incluyendo un sistema de franquicias por el que estableció un concesionario en cada ciudad estadounidense y canadiense, y en las principales de los restantes continentes. Con esto consiguió una cuota de mercado amplísima.

Hablemos ahora de la producción en cadena, ese sistema de producción que siempre atribuimos como su creador a Henry Ford pero que, en realidad, fue otro personaje de la industria de Detroit quien se adelantó en esta idea al magnate estadounidense, si bien no de una forma tan pulida: Ransom Eli Olds, de Oldsmobile, cuyo Oldsmobile Curved Dash estuvo en producción entre 1901 y 1907, produciéndose más de 19.000 unidades.
¿Y cómo era la la primera línea de montaje, patentada por Olds? Pues consistía en estaciones de trabajo fijas a lo largo de la línea, piezas estandarizadas e intercambiables y operarios que realizaban un trabajo específico, sencillo y repetitivo.


Más tarde, llegaron Ford y su compañía, desarrollando y convirtiendo dicho avance en algo imprescindible para su producción y sobre todo mucho más efectivo, llegando a alcanzar cifras récord en producción. Por otro lado, Henry Ford hizo del Ford T el producto emblemático de la cadena de montaje.

El movimiento fordista fue sustituido a finales del siglo XX por el toyotismo, una nueva forma industrial profundizada en el presente siglo.

En relación a la reducción máxima de costes, Ford se planteó cómo aumentar la productividad de sus trabajadores aún más. En este sentido aplicó la división de trabajo, que no consiguió el efecto esperado. Es por ello que el mediático empresario estadounidense decidió aplicar a su cadena de montaje la organización de trabajo taylorista, la cual reducía efectivamente el costo de las fábricas pero no atendía a una remuneración acorde al tiempo trabajado. Es por ello que Ford, ante la inminente amenaza de huelgas y descontento laboral, decidió corregirlo asignando elevados salarios a sus trabajadores. Con ello, conseguía dos objetivos primordiales para el buen funcionamiento de su empresa: el primero era que los trabajadores compraban coches de su marca, lo que suponía una mayor cuota de mercado; y el segundo es la satisfacción laboral que conseguía entre sus empleados.

jueves, 21 de noviembre de 2013

LA CRISIS DE LOS AÑOS 1929 Y LA DEPRESIÓN DE LOS AÑOS 30

El Crack de la Bolsa de Nueva York de octubre de 1929 fue el origen de una etapa marcada por una profunda recesión económica (la mayor que haya sufrido el sistema capitalista a lo largo de su historia), que se extendió a lo largo de la de la década de los 30. Tuvo serias repercusiones no sólo en el ámbito económico, sino también en el social, moral, ideológico y político, poniendo en entredicho el modelo liberal hasta entonces vigente. Además supuso un importante bache en la producción, desajustes en el mercado laboral y contribuyó a la exaltación del ultranacionalismo y autoritarismo fascistas. 
El desarrollo de esta terrible crisis fue la siguiente:

-          El 24 de octubre de 1929 ha recibido el nombre de "Jueves negro": Las razones de tal apelativo residen en que ese día la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, se hundió y arrastró consigo a la ruina a miles de inversores desatando una crisis que condujo a la depresión de los años 30.

-          Durante los meses precedentes se percibieron inquietantes signos de estancamiento en el mercado de valores. Una semana antes del crac se ejecutaron ventas de acciones superiores a lo normal. El 21 de octubre esas ventas se incrementaron, pero fueron contrarrestadas por las compras que realizaron las grandes entidades bancarias, como la Banca Morgan.

-          Ese 24 de octubre se pusieron a la venta 13 millones acciones sin que en contrapartida las compras fuesen significativas. El martes 29 fueron 33 millones las que se enajenaron. La oferta masiva de títulos devaluó su cotización e impulsó a los inversores a desprenderse de sus activos.

foto de una multitud en wall street
1929: Una multitud se agolpa en Wall Street para vender sus acciones
-          El camino hacia el crac comenzó cuando ciertos inversores, inquietos por los indicios de debilidad del mercado, decidieron vender. Especialmente sensibles a estos signos fueron los pequeños especuladores, muchos de los cuales no estaban en condiciones de hacer frente a una bajada que les impidiese la devolución de los créditos contraídos, precisamente para la adquisición de acciones. El temor y la preocupación precedieron al pánico y a mediodía de dicho jueves la policía se vio obligada a desalojar la Bolsa ante los alborotos que se produjeron en sus inmediaciones. Se rumoreaba que varios millonarios arruinados, se suicidaron. 

-          El 29 de octubre el descenso continuó imparablemente a pesar del esfuerzo de los bancos por evitar el desplome de las cotizaciones mediante la adquisición de valores. El intento fracasó y la Bolsa se hundió arrastrando consigo a todos los inversores entre los que hubo que contar importantes corporaciones financieras y bancarias. Más de un millón de familias quedó en la más absoluta ruina pues habían invertido sus ahorros, contraído créditos e hipotecado sus casas con la finalidad de adquirir unas acciones que habían perdido la mayor parte de su valor. El paso siguiente en el proceso fue la actuación de los bancos, que temerosos de la retirada de ahorros por parte de sus clientes, vendieron sus propias acciones con el fin de obtener liquidez, acentuado de ese modo la caída del mercado.

-          Arruinados los inversores en bolsa, los ahorradores retiraron sus depósitos bancarios y con ello anularon la capacidad crediticia de éstos. Muchas entidades no pudieron afrontar la masiva retirada de capitales y quebraron. Las empresas fueron privadas de ese modo de una fuente esencial de financiación y se vieron empujadas a reestructurar la producción y sus plantillas laborales.

-          La interrupción de los créditos al consumo dedujo la demanda y la actividad productiva industrial. La combinación de restricción de créditos, quiebras bancarias y cierre de empresas originó un paro sin precedentes (más de 15 millones de desempleados) y una importante reducción de los salarios.

Y por último decir, que las causas que provocaron el desplome de Wall Street, trastornando fuertemente la economía norteamericana fueron la:
-          Sobreproducción
-          Especulación
-          Inflación crediticia
-          Dependencia de las economías



Enlaces:
http://www.claseshistoria.com/entreguerras/depresionanos30.htm
http://www.grandepresion.com/
http://www.historiasiglo20.org/HM/3-3.htm

martes, 5 de noviembre de 2013

LA PRIMERA BURBUJA ESPECULATIVA: LOS TULIPANES HOLANDESES DE 1636

He procedido a hacer una entrada acerca de esto, ya que es un tema tratado en el libro que me estoy leyendo (Manías, pánicos y cracs) y me resultaba interesante.

Durante los siglos XVI y XVII los mercados de especias experimentaron un rejuvenecimiento gracias a la creación de nuevas rutas hacia Oriente debido al recién descubrimiento de América, cuyos artículos se convertían en bienes de lujo a los que solamente tenían acceso las clases nobles (se asoció como un símbolo de un alto estatus social). El principal producto importado hacia Europa Occidental fue el tulipán.  Éste se introdujo en los Países Bajos procedente del imperio otomano (la actual Turquía) dónde se usaba para adornar los trajes de los sultanes.

Por una extraña razón (la cual hoy en día  los científicos atribuyen a un parásito de la flor, llamado el pulgón, transmitía un virus llamado Tulip Breaking Potyvirus), los tulipanes cultivados en Holanda en esa época sufrían ciertas variaciones en sus tonalidades, naciendo así los tulipanes multicolor, que aumentaban su exotismo y a su vez cautivaba a la población, haciendo multiplicar irracionalmente su precio. En poco tiempo, el cultivo del tulipán se extendió por la mayoría de provincias holandesas en las que los horticultores intentaban conseguir colores cada vez más exóticos con la finalidad de venderlos a precios más altos, hasta alcanzar precios desorbitados, convirtiendo los bulbos de tulipán en verdaderas piezas de coleccionista. El precio también se vio multiplicado, en parte, por la falta de mano de obra.

Ya entrada la década de 1630 la economía holandesa enloqueció, el mercado de tulipanes cotizaba a precios astronómicos que ascendían sin llegar nunca al límite. La población empezó a comportarse de forma irracional. Se vendieron lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo, y se vendieron flores a cambio del salario de quince años de un artesano bien pagado. Un sólo bulbo podía llegar a valer 1.000 florines (una persona normal en Holanda tenía unos ingresos anuales de 150 florines). En 1635 se llegaron a pagar 100.000 florines por 40 bulbos de tulipán.

Ante esta situación se empezó a crear una burbuja en la que los precios subían y subían y nunca bajaban. La población holandesa tuvo la ilusión de que el mercado del tulipán siempre sería un mercado especulador. Tanta fue la euforia que se creó un mercado de futuros dónde se negociaban bulbos aún no recolectados. Todas los estatus sociales empezaron a invertir  en tulipanes (los compradores se endeudaban con prestamistas para poder comprar y después revender los bulbos a un precio mayor), deshaciéndose así de sus bienes más básicos, incluso llegaron a endeudarse y hipotecarse para adquirir los tulipanes. Llegó un momento en el que ya no se intercambiaban bulbos sino que se formó una auténtica especulación financiera mediante notas de crédito.

 Ya entrado el 1637 algunos especuladores empezaron a detectar signos de agotamiento en el mercado de tulipanes. Y un lote de 99 tulipanes se vendió por 90.000 florines. Los inversores decidieron empezar a vender y salir del mercado recogiendo ganancias. Dicha actitud fue contagiada rápidamente al resto del mercado, generando así una suma importante de oferta de tulipanes que condujo al pánico generalizado del país. A mediados de febrero, los poseedores de bulbos comprados a precios astronómicos se encontraron de un día para otro sin ningún comprador, debido a que el precio de los tulipanes descendió cerca de un 99 %, o dicho de otro modo, 100 florines invertidos en tulipanes se convirtieron en 1 florín. Aunque era peor aún para los especuladores más atrevidos que habían firmado contratos de futuros que les obligaban a comprar el bulbo a un precio mucho más alto que el de mercado.
Ante esta serie de sucesos el gobierno holandés se posicionó estableciendo unas normas que consideraban nulos los contratos firmados a partir del noviembre de 1636, en las que se establecía que los contratos de futuros debían ser satisfechos con un 10% de la cantidad establecida al inicio de la operación. Estas normas no agradaron a compradores ni vendedores debido a que los compradores se veían obligados a pagar por algo que ya no tenía valor; y los vendedores tenían que vender a un precio menor al acordado.



La explosión de la burbuja dejó a la mayor parte de los inversores arruinados, ya que habían liquidado su patrimonio para especular con tulipanes que acabaron sin tener valor alguno. Se salvaron como en todas las burbujas los inversores más racionales que salieron del mercado justo antes de que ésta estallara, desatando de esta forma el pánico en el país. Desde entonces Holanda se vio sumida durante años en una importante recesión económica de quiebra y de bancarrota causada por la burbuja del tulipán.


Enlaces:
http://www.club-mba.com/2012/09/11/la-primera-burbuja-especulativa-los-tulipanes-holandeses/
http://www.elblogsalmon.com/historia-de-la-economia/la-burbuja-de-los-tulipanes
http://www.abc.es/economia/20130615/abci-tulipanes-burbuja-especulativa-201306142107.html
http://www.finanzasparatodos.es/export/sites/cnmv/gepeese/es/fichasDidacticas/momentoHistoricoFD/crisis_tulipanes.pdf
http://www.deudaexterna.es/la-primera-burbuja-especulativa-de-la-historia-los-tulipanes-holandeses/
Libro: "Manías, pánicos y cracs" de Charles P. Kindleberger (Ariel) 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Las desamortizaciones del siglo XIX: Mendizábal y Madoz

  A lo largo del proceso de la Revolución Burguesa, las desamortizaciones fueron hechos fundamentales. Significaron un cambio esencial en el sistema de propiedad y en la tenencia de la tierra. En España, se produjeron de manera discontinua, dándose varias durante los siglos XVIII y XIX: la de Godoy en 1798, la de la Guerra de la Independencia, la del Trienio Liberal (1820-23); y las dos más importantes: la impuesta por Mendizábal, vigente entre 1836 y 1851; y la de Madoz, que se mantuvo entre los años 1855 y 1924.

  Pero, ¿qué es la desamortización? La desamortización es un conjunto de medidas para convertir las propiedades que estaban “en manos muertas” durante el Antiguo Régimen, en bienes nacionales, que más tarde saldrían a la venta mediante subasta pública. Dichas medidas que se tomaron en el proceso desamortizador fueron:
-                      -  Desvincular los bienes de la nobleza y el clero, lo que abolía los señoríos.
-                       - Desamortizar los bienes de los eclesiásticos.
-                       - Suprimir los mayorazgos.

  Como hemos dicho antes, el proceso desamortizador empieza a aplicarse en tiempos de Carlos IV (finales del siglo XVIII), y no se detendrá hasta 1924 cuando, en tiempos de Primo de Rivera, Calvo Sotelo decide derogar la ley de Madoz.

  Empezaremos explicando la desamortización de Mendizábal. Corría el año 1836 y el país estaba enfrascado en la I Guerra Carlista. Es entonces cuando Juan Álvarez Mendizábal decide poner en venta todos los bienes del clero regular, con los siguientes objetivos: ganar la guerra carlista, asegurar el trono al régimen liberal, eliminar la Deuda Pública, hacer liberales a los beneficiarios de la desamortización y solicitar préstamos. Con dicha ley, Mendizábal dividió la opinión pública entre partidarios y detractores, así como rompía con las relaciones diplomáticas con el Vaticano. Por último, en 1837, Mendizábal elaboró otra ley desamortizadora mediante la que ponía en venta los bienes del clero secular. 



 Cuatro años después de que la desamortización de Mendizábal perdiera vigencia, el ministro de Hacienda Pascual Madoz promulgó su Ley de Desamortización General, en 1855. Con ella ponía en venta todos los bienes de la propiedad colectiva, incluso los de eclesiásticos, que no habían sido vendidos en la etapa anterior. Se trata de la desamortización más duradera, abarcando un período de 69 años. Esta desamortización se parece a su predecesora, si bien contaba con algunos rasgos particulares: el pago debía efectuarse en metálico, y no a cambio de títulos de Deuda Pública como ofertaba Mendizábal; el dinero obtenido fue destinado a financiar el ferrocarril y la industrialización; y, en tercer lugar, el Estado no sería el propietario del importe recaudado, sino los Ayuntamientos.


  Resumiendo, estamos hablando de dos procesos muy importantes en la historia de nuestro país (social y económicamente hablando), con consecuencias positivas (mejora y especialización de los cultivos, aumento de la productividad, inversiones…) pero también muy negativas, como una enorme pérdida de un ingente patrimonio cultural o la ruina de muchas obras arquitectónicas, entre otras.